Corea y Vietnam en la Guerra Fría
Análisis comparada de las divisiones ideológicas y políticas que marcaron la Guerra Fría y el equilibrio de poder en ambos bloques.
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La comparación se centra en un conflicto, que tiene sus similitudes y al mismo tiempo tiene sus diferencias que contrastan y de cierta medida se ven opacadas por el contexto internacional de la época (1945-1989), partiendo de este supuesto tanto para Vietnam como para Corea podemos señalar de primera instancia los actores involucrados que más adelante tomarán parte en el proceso y la toma de decisiones que el curso de los hechos permite analizar para ambos conflictos en la época de la pos guerra e inicios del mundo bipolar rígido (Kaplan Morton, System and Process…1957), en ese sentido se toman en cuenta la participación de “bloques mundiales”, tanto Estados Unidos con una orientación ideológica capitalista, que llevó el estandarte de libertad y valores democráticos para todos los pueblos del mundo junto con una política exterior de “Contención[1]”; como el Bloque Socialista encabezado por la URSS con una ideología de empoderamiento al proletariado y fin del capitalismo considerado un yugo expansionista y nocivo para los pueblos del mundo. De esta forma al término de los acuerdo de Potsdam y Yalta (1945), tanto las potencias vencedoras como las vencidas se organizaron en un nuevo “orden mundial” (Henry Kissinger, 2014), asumiendo los costos de la guerra y el proceso de reconstrucción, sobre todo para los pueblos de Europa que quedaron devastados por la guerra, esto obligó a que potencias que habían conseguido bélicamente territorios y de los cuales habían tenido una influencia significativa de años atrás, se concentraran en sus propios asuntos dejando de facto en la mayoría de los casos un vacío de poder sin una transición directa y paulatina, esto es precisamente lo que ocurrió en ambos casos en Corea y casi a la par en los territorios de Indochina.
Siguiendo con los actores involucrados ya en procesos más focalizados, en lo que concierne a Corea, la influencia del Japón imperial desde 1592[2] hizo que en la cultura e idiosincrasia de Corea, creciera un desapego por Japón pero más aún una repulsión por cualquier invasión extranjera, esto quedó muy claro cuando después de Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945), Japón se rindió incondicionalmente ante los Aliados y dejo los territorios hasta ese entonces ocupados, lo que significó una oportunidad para élites políticas dentro de Corea para retomar el poder que tanto anhelaban desde tiempo atrás, sin embargo al momento de saber de una inminente liberación de Corea varios grupos empezaron a organizarse para tomar el control del Estado, lo que significó una división de conjuntos políticos que se distanciaron por cuestiones ideológicas y políticas, haciendo enaltecer la presencia de los bloques hegemónicos.
De esta forma surgió la figura en el norte de Corea de Kim Il-sung, que tenía un apoyo anterior a la terminación de la Guerra, por parte de la URSS, con el objetivo de implementar el comunismo en todo Corea, lo anterior debido que la Rusia de la época, siempre apoyó las guerrillas que peleaban en contra de los japoneses como medio de equilibrio de poder (Ki-baik Lee, A new history of Korea 1984), sin embargo en la parte Surcoreana existía este otro grupo que apoyado por Estados Unidos quería mantener una república orientada al capitalismo, este tema se llevó al recién creado años atrás, Naciones Unidas, donde se fijó un punto medio para ambas pretensiones de control territorial, haciendo de este paralelo 38 el punto que hasta la fecha persiste como la división de ideologías en una misma nación, que al igual que Vietnam peleó por la unificación de un solo bloque apostando a ganar todo o perder todo.
Como sabemos en ambos casos tanto Corea como Vietnam, la escalda en el conflicto llego a un punto de crisis que se materializó en la guerra, involucrando de nuevo a las potencias de la época, sin embrago bajo el esquema de equilibrio de poder, los conflictos sucedidos en esas zonas se trataron de mantener aislados y encapsulados en sus propias esferas, aunque ambos acontecimientos ocurrieron en momentos diferentes no dejó de ser un desgaste para la figura de Estados Unidos y también de la URSS que no obtuvieron en ninguno de los casos los objetivos deseados.
Haciendo notar lo anterior, todos los actores involucrados tenían intereses disonantes pero necesitaban el apoyo de las potencias tanto de las regionales como de las internacionales para legitimar sus acciones, como ejemplo de esto, la pretensión de Kim Il-sung de traspasar el paralelo 38 e invadir toda Corea del Sur (1950), requería de la “aprobación” de la URSS, en cuyo sentido no era el permiso explícito de este, sino el apoyo económico y militar para cumplir tales pretensiones, entonces la URSS requería de un aliado que tuviera la capacidad de desgaste militar y más aún la intención de apoyar el conflicto, justo fue donde encontró en Mao Tse Tung, el líder perfecto que llegó a convencer de las presunciones siempre imperialistas de los Estados Unidos (Kissinger, Orden Mundial, pag.291), con este aliento, Corea intensificó la guerra con el sur, lo que provocó la reacción de Estados Unidos que mediante el Consejo de Seguridad, delegó a este organismo la tarea de mantener la línea divisoria fijada como medio de contención de las pretensiones Norcoreanas de invasión. Los actores principales en quienes recayeron la toma de decisiones para el curso de los hecho de la guerra de Corea (1950-1953), fueron el General McArtur, el Presidente Truman y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que reunía las decisiones tanto de Rusia como de Inglaterra y Francia.
Es aquí uno de los puntos en los que difieren ambos conflictos; en esta guerra se intentó comprobar la eficacia del Consejo de Seguridad y la incredulidad de la algunas potencias sobre Naciones Unidas y el miedo de repetirse la decepcionante experiencia de la Liga de Naciones, que no pudo contener el conflicto mundial; lo que para Vietnam tomó un curso de hechos diferentes, pues el territorio aún perteneciente a Inglaterra (1945), pasó a ser de administración francesa, que dividió las opiniones al interior del país, por mostrar debilidades ante algunas otras colonias como Túnez y Marruecos[3], por lo que la presión interna e internacional, sobre todo de EE.UU. de mantener a Francia dentro del control de Vietnam y sabotear cualquier acuerdo que permitiera la independencia de Vietnam, pero el parlamento francés que realmente no tenía pretensiones reales de control sobre esa zona, ya que estaban más preocupados por la consolidación de su territorio, recordando que para 1953-1957 se pone un empeño muy fuerte en consolidar los Tratados constitutivos de la Comunidad Económica Europea (CEE) y de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom)[4].
Finalmente en la Conferencia de Ginebra (1954), bajo varios intentos por no ceder el control sobre todo a Ho Chi Minh que exigía a Francia el reconocimiento de Vietnam, se observó de igual forma que con Corea, una clara división entre grupos contrarios con pretensiones de control sobre el territorio de Vietnam, por lo que bajo muchas limitaciones también como en Corea, se fijó un paralelo para la división de los grupos que estaban desde años atrás en conflicto, en el caso de Vietnam se denominó el paralelo 17 y el reconocimiento de tres países, tras estos hechos y la intención de China de mantenerse al margen del conflicto, el Norte continuó con más énfasis las campañas por unificar una sola Vietnam socialista, cuestión que Estados Unidos, mas allá de verlo con como una unificación estatal, lo tomó como un proceso de efecto domino que culminaría con la perdida de la zona de Camboya y Laos hacia el comunismo, pero hasta ese momento (1954) no podía incursionar de manera directa pues la política de Kennedy era de no intervención mientras Indochina fuera aún de Francia. Justo en 1956, esta noción cambio radicalmente, fue entonces donde surgió la política de “formación de naciones” (Kissinger, La Diplomacia, pág. 458), con la intención de apoyar de manera “indirecta” las fuerzas sur-vietnamitas, cuestión que los gobiernos norteamericanos continuaron con las mismas acciones hasta el punto de quiebre (1964-65), haciendo énfasis que se intentó por cualquier medio evitar el diferente choque de ideologías por parte de China, la URSS y Vietnam que ponían en tela de juicio la estabilidad de los principios del bloque socialista, cuestión que no fue tan evidente en Corea pero si en Vietnam.
Toda pretensión de Estados Unidos por mantener la situación de Vietnam y los supuestos establecidos por los asesores de Kennedy antes de su muerte (1963), no fueron suficientes para acabar con las guerrillas, y en parte fue por haber subestimado la organización del Vietcong y el poco conocimiento del terreno en conflicto. Cuando el dirigente de la parte Sur Vietnamita, Diem, es asesinado por su falta de consenso y control de la situación, EE. UU. Se encontró en un problema de propagación en la inestabilidad del Sur que podría pronunciarse en su contra y por tanto a favor del Norte dando como resultado la perdida de la guerra, por lo tanto la implementación de una estrategia era necesaria para dar sentido a más de una década de esfuerzo militar y político dentro de Vietnam. Por lo tanto el gobierno sucesor de Kennedy apostó con el sucesor de Diem que lo llevo a decidir la incursión de una guerra que desgastó a los Estados Unidos en lo interno y en lo Internacional (Kissinger, La Diplomacia, pág. 465). Entonces se desarrolló el proceso histórico que llevó a movimientos hasta ese entonces no vistos o por lo menos sin una presencia relevante en el sistema internacional, los primeros vestigios que en la actualidad conocemos como actores no estatales, que intentaron en un inicio modificar las estructuras y mermar el conflicto, los movimientos hippies y los ejércitos paramilitares, además de otros tantos que en el presente análisis no tienen cabida, exigían al gobierno de Estados Unidos actuar de cierta forma respeto a temas que solamente hasta ese momento eran cuestión estatal.
Pero la guerra de Vietnam demostró una ineficacia de acción así como una ineficiencia de lo que hasta ese momento ponía a los Estados Unidos como la súper potencia, cuestión que permitió que otros actores no estatales incursionaran en el actual sistema multipolar, es decir que los conflictos tanto de Corea como de Vietnam, llevaron a las potencias a concentrarse en objetos muy focalizados; lo que permitió que otros grupos pudieran expender el poder que dejaban las Hegemonías por la falta de legitimidad y creencia, caso de la UE, China, Japón, las ONG´s y los propios Organismo Internacionales e incluso grupos terroristas, que vieron el paso de un sistema rígido a uno flexible y finalmente a los que conocemos como sistema de interdependencia compleja (Keohane y Nye 1970) que tiene objetivos en algunos casos completamente diferente a lo de esos años.
De cualquier forma el resultado de ambos conflictos quedo como un elemento representativo de la guerra fría, que mantenía un ambiente internacional de amenaza constante y de un extremo cuidado de estallar una guerra de proporciones nucleares a través del equilibrio de poder y la legitimación de acciones, para ambos casos los resultados fueron distintos, sobre todo en lo que concierne a Corea que aún se mantiene encasillado a esa época, lo que permite entender actuales acciones y perspectivas de este país.
Citas:
[1] Kissinger, Henry, Orden Mundial, editorial Debate, 2014, página 298 reforzado por Kennedy en su discurso inaugural.
[2] Lee, Ki-baik, “A new history of Korea”, Seoul, Korea, 1984, pag. 209, (The Japanese Invasion)
[3] Waite, James, “The End of the First Indochina War: A Global History”, New York, 2012; Página 141 (the Geneve Conference)
[4] La Historia de la Unión Europea – 1957, página oficial de la U.E. https://europa.eu/european-union/about-eu/history/1945-1959/1957_es