Organizaciones Internacionales Gubernamentales: Su rol frente a los problemas globales.
- María Jesús Ovalle
- 3 dic 2016
- 19 Min. de lectura

El mundo actual se caracteriza por el desarrollo simultáneo de múltiples procesos, los que transforman la trama de la realidad, en un conjunto complejo de interacciones, entre diversos actores que persiguen infinidad de objetivos distintos.
Uno de los principales procesos actuales corresponde a la Globalización, entendida como el proceso hacia una única economía mundial, en donde la interacción de sus elementos con sus procesos inherentes genera efectos positivos y negativos. Entendiendo como efectos negativos aquellas situaciones creadas o acentuadas por la Globalización como son la pobreza, el cambio climático, el terrorismo o la contaminación, considerándose todos estos problemas globales. (Allard, 2016)
Dada la inexistencia de un gobierno mundial es necesario reflexionar sobre ¿quién se hace cargo de estos problemas globales?, ¿qué son y que hacen las organizaciones internacionales gubernamentales?, ¿por qué la ONU se trata de hacer cargo de los problemas globales? y ¿cómo la ONU se hace cargo de los problemas globales?
En el capítulo 1 se aborda cómo en el proceso de la globalización económica se generan problemas globales de los que nadie se hace responsable por lo que – en la medida que no exista gobierno mundial - es necesario buscar otros mecanismos y encargados para hacerse cargo de estos.
El segundo capítulo describe el sistema internacional y sus actores, buscando determinar a quién le corresponde de mejor manera hacerse cargo de estas problemáticas planetarias, vislumbrándose que son las organizaciones internacionales gubernamentales quien mejor pueden afrontar estos temas.
El capítulo 3 profundiza en que son las OIG y que hacen, identificando las principales características, categorías de clasificación y funciones, destacando la ONU y algunos de sus programas como los más capacitados y mejor posicionados para hacer frente a los problemas globales.
El cuarto capítulo describe el origen de las Naciones Unidas y su Carta, explicando según sus propios principios y propósitos, porque es esta organización quien debe liderar la solución de diversos problemas internacionales.
El capítulo 5 ejemplifica el actuar de la ONU para hacer frente a problemas globales, específicamente abordando el problema de la contaminación de ciertas sustancias, a través de convenios internacionales como el de Estocolmo, sobre los contaminantes orgánicos persistentes.
Finalmente se presentan las consideraciones finales, donde se plantean algunas conclusiones y reflexiones sobre la relación de las organizaciones internacionales gubernamentales y su contribución a la mediación y solución de problemas globales.
I. GLOBALIZACIÓN Y PROBLEMAS GLOBALES
Uno de los procesos más representativos de nuestra época corresponde a la globalización, entendida como el proceso que viven las relaciones económicas internacionales en su transformación hacia una única economía mundial, en otras palabras es concebida como “el hecho de los intercambios a escala mundial que conforman un gran mercado global”[1] (Allard, 2009).
En la globalización económica interactúan una serie de elementos, en y a través de procesos inherentes, generando efectos sobre todo el planeta, algunos deseados – como la integración económica mundial – y otros no tanto; los que se generan y ocurren a escala global sin importar donde se originan y si afectan a Estados globalizados o no, grandes o pequeñas potencias, capitalistas o comunistas, por ser situaciones que trascienden las fronteras. Gran parte de los efectos no deseados generados o acentuados por la globalización, también llamados problemas globales, afectan a todas las naciones, globalizadas o no, y a sus ciudadanos en sus relaciones con el medio ambiente, seguridad y calidad de vida.
Entre los elementos de la globalización económica podemos mencionar el crecimiento del comercio internacional y de la inversión extranjera directa (IED), la globalización de bienes y servicios por parte de empresas multinacionales (EMN), la interpenetración de distintos mercados de bienes y servicios, un mercado global de trabajadores cualificados y migraciones (Allard, 2009).
Estos elementos de la globalización económica se entremezclan con los procesos inherentes, entre los cuales podemos mencionar la IED a través de EMN, ya que son las empresas quienes invierten y no los gobiernos, los movimientos financieros que transforman al dinero en una mercancía en si misma al haber flujos cientos de veces mayores que los necesarios, el auge de las tecnologías de la información y comunicación (TIC’s) como también de los medios de transporte, la acción nacional más allá de las fronteras entendida como transnacionalismo, la interdependencia entre países donde existen relaciones reciprocas pero no simétricas y las migraciones, por mencionar algunos (Allard, 2016).
De la interacción de los elementos con los procesos inherentes se podría decir que surgen los efectos de la globalización, habiendo positivos y negativos, siendo en los problemas globales donde centraremos el análisis, ya que los efectos indeseados de la globalización generan una serie de problemas de los que nadie quiere hacerse responsable. Podría hacerse una analogía con los problemas derivados de la contaminación difusa, es decir, aquella contaminación que es posible determinar que existe, pero no es posible identificar su origen, por ser el resultado de múltiples pequeñas contaminaciones no puntuales, por lo que no se puede atribuir responsables que se hagan cargo de dicha contaminación. Lo mismo ocurre con los efectos indeseados de la globalización, estos se generan y es evidente como afectan al desarrollo de la humanidad, pero no es posible identificar un responsable que se haga cargo de ellos, por formarse producto de la agrupación de las contribuciones dispersas y diversas de múltiples actores. Estos efectos indeseados corresponden principalmente a pobreza, pandemias, crimen organizado, terrorismo, contaminación, migraciones y cambio climático. Es importante destacar que muchos de estos problemas existían antes de la globalización, pero ha sido este proceso el que ha agudizado y empeorado varias de estas situaciones (Allard, 2016).
Como ya se ha explicado, existen problemas globales como resultado de externalidades negativas del proceso de globalización económica. Producto de esto surge la necesidad de la gobernabilidad de la globalización, actualmente inexistente al no estar constituido un gobierno mundial. Al respecto Joseph Ratzinger, Papa Emérito Benedicto XVI, planteó basar la autoridad política mundial en el derecho (Allard, 2016), idea reforzada por el actual Papa Francisco en su Encíclica Laudato si que trata directamente temas de paz, solidaridad y sustentabilidad (Papa Francisco, 2015). Hasta que un gobierno mundial no sea real y efectivo, será necesario buscar otros mecanismos y encargados para hacerse cargo de los problemas globales.
II. ¿QUIÉN SE HACE CARGO DE LOS PROBLEMAS GLOBALES?
Siguiendo la definición de Gilpin (1981), el Sistema Internacional corresponde al conjunto de interacciones regulares entre diversos actores internacionales, que tienen lugar bajo determinadas formas de control; entre las cuales podemos encontrar la diplomacia, el derecho internacional, la intervención de grandes potencias o potencias regionales, distintas formas de cooperación, la sociedad internacional, la opinión pública internacional y el actuar de organizaciones internacionales, entre otras (Allard, 2016).
Respecto de los diversos actores internacionales y tomando como base lo que plantea Esther Barbé (2008) siguiendo lo propuesto por Russet y Starr, la condición de actor internacional se fundamenta en que la unidad debe realizar funciones continuadas y significativas, que son consideradas por quienes elaboran las políticas exteriores, impactando así en la formación de dichas políticas y por último, estas las unidades deben tener cierta libertad o autonomía para tomar sus decisiones.
Sobre esta base y aceptando la tipología de actores internacionales usada por Barbé (2008)[2], podemos clasificar a los mismos entre (i) Estados, (ii) Fuerzas Transnacionales, donde encontramos a las organizaciones no gubernamentales (ONG), firmas multinacionales y la opinión pública internacional y (iii) Organizaciones Intergubernamentales. A continuación analizaremos estos tipos de actores internacionales y su vinculación con los problemas globales.
Los Estados, constituidos a través de su territorio, población, gobierno y su status legal único de soberanía (Barbé, 2008), son un actor fundamental del sistema internacional. Interactúan entre ellos y con otros actores en mayor o menor medida según sus niveles de participación políticos y económicos en el mundo globalizado. De cierta manera son los que fomentan la globalización económica al propiciar la IED y el aumento del comercio internacional, contribuyendo de manera indirecta a la creación e intensificación de diversos problemas globales, pero como ya se mencionó, es la suma de las contribuciones de muchos actores los que generan estos problemas a escala planetaria, por lo que ningún Estado de manera particular puede ni debe hacerse cargo de situaciones creadas colectivamente. Por lo que podemos decir que no son los Estados quienes se hacen cargo de los problemas globales, aunque si se consideran clave a la hora de implementar medidas al respecto.
Las Fuerzas Transnacionales, entendidas como aquellas acciones que se proyectan más allá de las fronteras, sin pasar por el control o regulación de los gobiernos, son capaces de influenciar en mayor o menor grado el sistema internacional. Este tipo de actor internacional aglomera una variedad de entidades con múltiples motivaciones, como son las firmas multinacionales que utilizaran sus influencias para potenciar sus propios intereses y maximizar sus beneficios mediante la globalización económica. Otras fuerzas transnacionales, como las ONG, trataran de utilizar su influencia en pro de los intereses comunes o de bien común que – a su juicio - los Estados no defienden como corresponde. Por su parte, la opinión pública internacional variará según cada tema, tratando de utilizar su influencia según la conveniencia de cada situación. Como podemos apreciar, las fuerzas transnacionales cumplen un rol de influencia en el sistema internacional (Barbé, 2008), más que de intervención, por lo que más que hacerse cargo de los problemas globales, estos entes contribuyen o dificultan la generación, mitigación y solución de los mismos.
Las Organizaciones Internacionales, en especial el actuar de las Organizaciones Internacionales Gubernamentales (OIG) corresponde a uno de los principales mecanismos de regulación del sistema internacional actual, en palabras de Inis Claude “la organización internacional es un proceso y las organizaciones internacionales constituyen aspectos representativos del estadio que ese proceso ha alcanzado en un momento dado”[3] (Barbé, 2008). Las características, clasificaciones y funciones de las OIG serán abordados en el siguiente capítulo, pero de manera general podemos apreciar que es el mismo sistema internacional el que espera que las OIG cumplan el rol de ordenar ciertas temáticas, lo que sumado a la inexistencia de un gobierno mundial refuerza la idea de que el actor internacional más adecuado para hacerse cargo de los problemas globales son las organizaciones internaciones gubernamentales.
Para compatibilizar el quehacer de las organizaciones internacionales dentro del sistema internacional se deben cumplir ciertas exigencias mutuas como son: la existencia de una articulación de los requerimientos que se formulan (papel actual de la asamblea general de la ONU), las demandas al sistema deben ser una combinación de peticiones conjuntas, es decir, agregadas, debe ser posible incorporar nuevos miembros, y deben prevaler mecanismos de cooperación para la resolución pacífica de conflictos por medios jurídicos (Wilhelmy, 1988).
III. ¿QUÉ SON Y QUÉ HACEN LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES GUBERNAMENTALES (OIG)?
A.Características de las Organizaciones Internacionales Gubernamentales
Las Organizaciones Internacionales Gubernamentales (OIG) son aquellas organizaciones permanentes, creadas e integradas por tres o más Estados, que tienen personalidad jurídica independiente de sus miembros, lo que les permite poseer voluntad propia y cierta autonomía, definida según sus propósitos, competencias, órganos, capacidades, privilegios e inmunidades en base a los objetivos de interés común fijados, ya sea a través de tratados constitutivos o no, siendo lo esencial la cooperación permanente e institucionalizada sobre ciertas áreas determinadas. Sus derechos como sujeto de derecho internacional están subordinados a la normativa y disposiciones de sus instrumentos constitutivos, que establecen la capacidad jurídica y competencias para operar en el ámbito internacional (Allard, 2016).
Según Barbé (2008), las OIG son organizaciones de base gubernamental, es decir están fundadas y constituidas por Estados y poseen seis rasgos: carácter interestatal, base voluntaria, órganos permanentes, voluntad autónoma, competencia propia y cooperación entre sus miembros para la satisfacción de los intereses comunes.
En palabras de Wilhelmy (1988), para que subsista una organización debe tener el “respaldo efectivo de la voluntad política de sus miembros”[4], una infraestructura orgánico-administrativa y un secretario permanente, que además de funciones burocráticas, desempeñe una labor asesora e innovadora. Desde una perspectiva normativa “una organización internacional es producto de un compromiso político que vincula jurídicamente a los estados a través de acuerdos o tratados ratificados por las instituciones de cada estado”[5].
B. Clasificación de las Organizaciones Internacionales Gubernamentales
Esther Barbé (2008) propone una clasificación de las OIG según su composición o alcance geográfico, sus fines o extensión y su modelo de organización interna. A continuación desarrollaremos brevemente cada categoría.
La composición de las OIG clasifica las organizaciones entre aquellas universales y regionales. Las Universales son aquellas en las que potencialmente pueden participar todos los Estados del Sistema, en este sentido la OIG más conocida en el ámbito universal es la ONU, la que luego de más de 70 años logro cumplir su objetivo definido en 1945 sobre universalidad, al incorporar como miembros a prácticamente todos los Estados del planeta. Por su parte las regionales son aquellas que tienen acceso restringido de miembros según criterios geográficos o funcionales.
Los fines o extensión de las OIG se clasifican en fines generales (o multifuncionales) y específicos. Por fines generales se entiende que tienen la capacidad de abordar todos los temas que consideren necesarios siempre que no estén expresamente excluidos en sus instrumentos constitutivos; el mejor ejemplo de organización de fines generales o diversificados corresponde a las Naciones Unidas, siendo ejemplos de organizaciones de fines generales pero de composición regional la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización de la Unidad Africana (OUA). Por su parte, las organizaciones con fines específicos tienen competencias concretas, siendo ejemplos de ellas organismos especializados de las Naciones Unidas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o del tipo regional como la Unión Aduanera y Económica del África Central (UDEAC). En general se tienden a agrupar las organizaciones con fines específicos en cuatro grupos: (i) económicos, (ii) militares y de seguridad, (iii) sociales, culturales y humanitarios y (iv) técnicos o científicos.
Los modelos de organización interna, estructura institucional o modalidad de organización interna corresponden a los siguientes:
Modelo básico: corresponde al modelo de las primeras OIG que cuentan con un plenario (órgano político) y un secretario (administración) como por ejemplo la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Segundo modelo: corresponde al modelo más extendido entre las organizaciones universales, estando constituidas por un plenario, un órgano restringido que emana del plenario y por secretariado como es el caso de las Naciones Unidas.
Tercer modelo: lo constituyen representantes gubernamentales que conforman el órgano plenario, secretariado y órganos parlamentarios con funciones consultivas entendidas como la opinión pública en las organizaciones internacionales. Este modelo es habitualmente usado en organizaciones surgidas en la Europa Occidental como por ejemplo el Consejo de Europa o la Unión Europea Occidental.
Cuarto modelo: corresponde al caso único de la Unión Europea, esquema intermedio entre la lógica institucional de la separación de poderes dominantes en el estado y la lógica intergubernamental de las organizaciones internacionales de los tres modelos anteriores.
C. Funciones de las Organizaciones Internacionales Gubernamentales
Las OIG cumplen múltiples funciones según su composición y fines, las que se pueden analizar desde perspectivas tan diversas como el Derecho Internacional, las Relaciones Internacionales, la Economía Política Internacional, la Historia de las Relaciones Internacionales, la Sociología o la Economía Internacional (Allard, 2016).
Para Barbé (2008) la principal función de las organizaciones internacionales es crear los marcos de cooperación entre los Estados miembros para minimizar conflictos o crear ventajas mutuas. Las OIG no son capaces de determinar las reglas del juego en la política internacional, pero si son capaces de influenciarlas y encaminarlas, por lo que podría hablarse de que poseen un poder estructural relativo, en el sentido, de que su opinión influye y entrega lineamientos, pero no determina[6].
De manera no taxativa mencionamos a continuación las principales funciones de las OIG según Allard (2016):
Formular demandas agregadas
Socializar nuevos actores
Ampliación agenda internacional
Aspiración a sociedad sustentable (desafío) compromiso a reducir emisiones para que la temperatura global no aumente más de dos grados Celsius. PNUD desarrollara portafolio de proyectos en 140 países.
Foro para el tratamiento de problemas: Contribuir a la solución de conflictos.
Cooperación internacional y asistencia técnica
Definir ente judicial, arbitral u otro que permita la solución de controversias
Necesidades específicas de cooperación (ACNUR y refugiados)
Codificación del derecho internacional y armonización de las legislaciones nacionales
Reunir y procesar información, supervisar. (ejemplo: estadísticas del banco mundial)
Conducto a políticas nacionales
Luego de analizar las características, clasificación y principales funciones de las OIG podemos concluir que las que están mejor posicionadas para hacer frente a los problemas globales son aquellas que en su composición abordan problemáticas generales de alcance universal, siendo la organización que de mejor manera representa estas características las Naciones Unidas y algunos de sus programas como son el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (ONU, 2015).
IV. ¿POR QUÉ LA ONU SE TRATA DE HACER CARGO DE LOS PROBLEMAS GLOBALES?
Las primeras organizaciones internacionales surgen a comienzos del siglo XIX [7], por la necesidad de cooperación y administración conjunta por parte de los Estados al evidenciar intereses comunes, siempre asociadas a temas específicos, relacionados en primera instancia a la revolución industrial y su impacto en áreas como comercio, transporte y comunicaciones (Barbé, 2008).
Cuando finalizó la primera guerra mundial se percibía que “el bilateralismo de fines del siglo pasado (XIX) y principios del actual (XX) no satisfacía los requerimientos de una paz duradera”[8] ya que en el bilateralismo previo, la posibilidad de guerra o paz dependía directamente de la existencia o no de un equilibrio político, estratégico y comercial (Wilhelmy, 1988).
Siguiendo esta línea, en 1919 es creada La Sociedad de las Naciones por el tratado de Versalles, surgiendo la primera OIG como las concebimos actualmente. Esta organización, inspirada por lo dicho por Woodrow Wilson en sus 14 puntos, buscaba evitar los acontecimientos vividos recientemente en Europa mediante la coordinación y regulación de la paz y seguridad y de las condiciones laborales (Barbé, 2008). Esta OIG entra en vigencia en 1920 al ser adoptada la proposición en la conferencia de paz de Paris como una manera de “establecer una organización multilateral permanente basada en los principios de autodeterminación, independencia e igualdad jurídica”[9] (Wilhelmy, 1988).
Su existencia legal terminó en 1947, pero su legitimidad fue disminuyendo desde que estalla la segunda guerra mundial. La intensidad y magnitud de los conflictos superaban su capacidad de acción, por lo que poco podían contribuir a sus soluciones, hasta ser prácticamente inoperante a fines de la década del 30 (Wilhelmy, 1988).
El número de organizaciones internacionales crece fuertemente después de la segunda guerra mundial (Barbé, 2008), surgiendo entre ellas las “Naciones Unidas”, término utilizado por primera vez por el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt en Enero de 1942, cuando 26 naciones aprobaron la “Declaración de las Naciones Unidas” (ONU, 2006).
La “Carta de las Naciones Unidas” fue firmada por 51 países en 1945[10], empezando a existir oficialmente el 24 de octubre de 1945 (ONU, 2006). Es “el instrumento constituyente de la Organización: determina los derechos y obligaciones de los Estados Miembros y establece los órganos y procedimientos de las Naciones Unidas[11].” En ella se plasman los acuerdos y lineamientos con los que se comprometieron los Estados Miembros al constituir esta organización internacional. Entre las temáticas que aborda la carta, encontramos sus propósitos y principios, los miembros y órganos[12], la asamblea general y el consejo de seguridad, el arreglo pacífico de controversias, acciones frente amenazas a la paz, acuerdos regionales, cooperación internacional económica y social y su consejo, la declaración sobre territorios no-autónomos, administración fiduciaria, la corte internacional de justicia y la secretarias, entre otras (ONU, 2016).
Como fue mencionado, la Carta estipula los propósitos de la ONU, los que corresponden a: mantener la paz y seguridad internacional, fomentar relaciones entre naciones basadas en la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos, cooperar en la solución de diversos problemas internacionales y servir de centro para armonizar los esfuerzos de las naciones para lograr dichos propósitos comunes (ONU, 2006).
A su vez, la Carta estipula los principios por los que se regirán los Estados miembros para cumplir dichos propósitos, los que corresponden a: igualdad soberana de todos sus miembros, cumplimiento de buena fe de las obligaciones contraídas por las naciones en la Carta, utilización de medios pacíficos para solucionar controversias internacionales absteniéndose de la utilización de la fuerza o amenaza hacia otro Estado, prestar ayuda conforme la Carta y la no intervención en temas de la jurisdicción interna de los Estados (ONU, 2006).
Al examinar los principios y propósitos que se plantean en la Carta de las Naciones Unidas, se aprecia que bajo el principio de “cumplimiento de buena fe de las obligaciones contraídas”[13] para llevar a cabo el propósito de “cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario”[14] son los miembros, en el mismo acto constitutivo de esta OIG, quienes consignan que deben coordinarse y cooperar todos los Estados a través de esta organización autónoma para lograr la solución de los problemas internacionales, incluyendo aquellos que afectan simultáneamente lo económico, social, cultural y humanitario como es el caso de los problemas globales (ONU, 2016).
V. ¿CÓMO LA ONU SE HACE CARGO DE LOS PROBLEMAS GLOBALES?
Para entender como la ONU se hace cargo de algunos problemas globales, analizaremos a modo de ejemplo el caso del Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes.
El término convenio puede utilizarse de manera general para referirse a cualquier tipo de acuerdo internacional, siendo sinónimo del término general tratado o, de manera específica, para tratados multilaterales formales con un gran número de miembros firmantes, que se negocian bajo los auspicios de una organización internacional (ONU, 2011), siendo esta última acepción la que entenderemos al referirnos a convenios internacionales.
Los altos niveles de contaminación son uno de los problemas globales más relevantes en el área ambiental, los que son abordados internacionalmente a través de los Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo y para el Medio Ambiente, PNUD y PNUMA respectivamente. La cantidad de químicos y sustancias sintéticas que se utilizan constantemente contaminan océanos, la atmósfera, suelos, plantas, animales y a los seres humanos.
Una clase particular de sustancias químicas denominados “contaminantes orgánicos persistentes (COP)[15]” representa amenazas importantes a la salud y al medio ambiente, por su vinculación a enfermedades congénitas, efectos tóxicos crónicos y cancerígenos, entro otros. Gran parte de los COP han sido sintetizados desde comienzos del siglo XX para la elaboración de plaguicidas como el aldrin, dieldrin o lindano y sustancias industriales como PCBs o PFOS, existiendo también algunos generados de manera no intencional[16] como dioxinas y furanos que se generan en los procesos productivos de cemento y celulosa entre otros (CETESB, 2015).
Las industrias que generan estas sustancias suelen ser empresas globalizadas que enfocan sus esfuerzos en minimizar costos y aumentar rendimientos, sin necesariamente llevar a cabo los estudios necesarios para establecer la inocuidad de sus químicos[17], siendo años o décadas después – cuando los efectos nocivos comienzan a ser evidentes – cuando surge la noción de que son sustancias peligrosas y por lo mismo deben tomarse medidas al respecto.
De esta forma, los efectos nocivos de los COP fueron reconocidos internacionalmente en Mayo de 2001, cuando se reunieron los Estados Miembros de las Naciones Unidas en Suecia para abordar la temática, entrando en vigor en mayo de 2004 el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, el que actualmente está firmado por 173 Estados Miembros y que fija como metas la eliminación de los COP[18], apoyar la transición a otras soluciones más seguras, proponer nuevos COP para que se tomen medidas, eliminar las antiguas existencias acumuladas y los equipos que contengan COP y trabajar juntos para un futuro libre de COP (Secretaria del Convenio de Estocolmo, 2010).
Este convenio representa claramente como problemas globales generados por empresas globalizadas y la escasa o nula intervención estatal - respecto de límites aceptables de contaminación, toxicidad de los químicos empleados y calidad de los estudios sobre efectos, impactos y daños de las nuevas sustancias - afectan a toda la humanidad hasta tal punto que es necesario que los mismo Estados donde se producen y utilizan esas sustancias deban acordar su eliminación, ya que de no hacerlo se afecta ineludiblemente a todos los seres vivos del planeta.
VI. CONSIDERACIONES FINALES
El actual proceso de integración de los mercados mundiales hacia una única economía – la globalización- genera una serie de externalidades negativas considerados problemas globales, como la pobreza, contaminación o el cambio climático, no quedando claro quién debe hacerles frente producto de la inexistencia de un gobierno mundial.
Al analizar el sistema internacional y sus distintos actores, además de las características, clasificación y funciones de las organizaciones internacionales gubernamentales se puede concluir que son estas organizaciones -destacando la ONU y algunos de sus programas - las más capacitadas y mejor posicionadas para hacer frente a los problemas globales. Está definido en sus propósitos y principios la contribución de buena fe de los estados miembros a la solución de diversos problemas internaciones que afecten aspectos económicos, sociales, culturales o humanitarios, representando los problemas globales alteración simultanea de todos o varios de estos aspectos.
El Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes es un excelente ejemplo de como las Naciones Unidas se hace cargo de los problemas globales, las sustancias que este convenio busca a eliminar o sustituir fueron sintetizados por empresas – bajo los marcos regulatorios estatales – que buscaban su crecimiento y posicionamiento económico, sin internalizar las externalidades negativas sanitarias y ambientales que generarían sus productos, mas allá de las ganancias millonarias.
Si bien, las Naciones Unidas a través tratados, acuerdos, protocolos y otros mecanismos tratan de hacerse cargo de los problemas globales, no debe olvidarse que la Asamblea General y sus órganos, programas y fondos, funcionan en base a la generación de recomendaciones para ser aplicados por los Estados, sin existir sanciones reales en caso de no cumplirse lo firmado por los Miembros. En palabras de Esther Barbé (2008) “los principios (contenidos en la Carta de Naciones Unidas) han sido habitualmente vulnerados” por lo que sería recomendable intentar aumentar el alcance de estos órganos en cuanto a la regulación efectiva que pueden hacer en torno a problemas generados difusamente por múltiples actores, pero que afectan indistintamente a todo el planeta.
El desarrollo actual de gran parte de los Estados se basa en una economía de crecimiento lineal infinito, que al parecer aun no sopesa que obtiene sus recursos de un sistema cíclico finito y que todos los recursos tienen una cantidad máxima de explotación. Si queremos que la tierra como la conocemos exista para las generaciones futuras y evitar la sobreexplotación, extinción o extractivismo desmesurado, debemos utilizar los recursos que nos ofrece la tierra de manera sostenible y sustentable, es decir, de una manera que se pueda mantener en el tiempo y que equilibre los ámbitos sociales, económicos y ambientales de la realidad. Esta visión integradora entre medio natural y economía está absolutamente pérdida en una sociedad de consumo que considera que las necesidades son infinitas, siendo fundamental establecer la diferencia entre las reales necesidades y aquellas creadas sólo para poder mantener el actual modelo de crecimiento lineal económico infinito.
Es fundamental comprender que los límites de la economía - mientras no existan adelantos reales en ciencia y tecnología que permitan decir lo contrario- están supeditados a los límites físicos de la biosfera, por lo que no puede ser compatible por mucho tiempo más un sistema económico basado en el crecimiento infinito que se sustenta en una “realidad” con fines claramente finitos y que en muchos casos ya está colapsado o al borde del colapso.
VII. NOTAS Y REFERENCIAS
NOTAS
[1] Allard, La Globalización por Dentro: El Estado-Nación y los actores transnacionales, 2009, pág. 16
[2] Esther Barbé basa su propuesta de clasificación en lo planteado por Marcel Merle en su libro Sociología de las relaciones internacionales. Madrid: Alianza Editorial, 1991.
[3] Barbé, Relaciones Internacionales (eBook), 2008, pág. 151
[4] Wilhelmy, Politica Internacional: Enfoques y Realidades , 1988, pág. 158
[5] Wilhelmy, ibid. Pág. 159
[6] A excepción del Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones son obligatorias, pueden imponer sanciones y la utilización de fuerza armada en temas sobre paz y seguridad internacional. (Wilhelmy, 1988)
[7] En 1815 se crea la comisión central para la navegación del RIN.
[8] Wilhelmy, Politica Internacional: Enfoques y Realidades , 1988, pág. 157
[9] Wilhelmy, ibid, pág. 160
[10] El 26 de junio de 1945 fue firmada por 50 países, posteriormente firmó Polonia, quedando de todos modos entre los Estados Miembros fundadores.
[11] ONU, ABC de las Naciones Unidas, 2006, pág. 4
[12] Para detalles sobre miembros y órganos de la ONU, ver ANEXO 1.
[13] ONU, Carta de las Naciones Unidas, 2016. Disponible en En http://www.un.org/es/charter-united-nations/index.html
[14] ONU, Ibid.
[15] Los COP se caracterizan por ser compuestos orgánicos altamente tóxicos, persistentes, semi-volatiles y bioacumulables.
[16] En el sentido de que lo que buscan producir es otra sustancia, no que estén desinformados sobre la generación de COPs en los procesos.
[17] Para ver el caso de Monsanto y los productos sintéticos que ha desarrollado el último siglo ver: https://actualidad.rt.com/actualidad/172768-biotecnologia-omg-monsanto-transgenicos
[18] Inicialmente el Convenio consideraba 12 sustancias, las que fueron ampliadas a 21 en 2009.
REFERENCIAS:
Allard, R. (2009). La Globalización por Dentro: El Estado-Nación y los actores transnacionales. Santiago de Chile: Catalonia.
Allard, R. (2016). Apuntes de clases: Las Organizaciones Internacionales como Actores y el Enfoque Multilaterl. Valparaiso: (No publicado).
Barbé, E. (2008). Relaciones Internacionales (eBook). Madrid: tecnos.
CETESB, C. A. (2015). IV Programa Internacional de capacitación intensiva para la gestión ambiental de los productos químicos y sus desechos, en especial contaminantes orgánicos persistentes (COPs) y Mercurio (Hg).
Gilpin, R. (1981). War and Change in World Politics (eBook).
ONU. (2006). ABC de las Naciones Unidas. New York: Naciones Unidas.
ONU. (2011). Definiciones de términos fundamentales en la Colección de Tratados de las Naciones Unidas. Recuperado el 2016, de http://www.un.org/es/treaty/untc.shtml#conventions
ONU. (septiembre de 2015). El Sistema de Las Naciones Unidas. Recuperado el junio de 2016, de http://www.un.org/es/aboutun/structure/pdf/un-system-chart-color-sm.pdf
ONU. (2016). Carta de las Naciones Unidas. Recuperado el 25 de Mayo de 2016, de http://www.un.org/es/charter-united-nations/index.html
Papa Francisco, S. P. (2015). Encíclica Laudato si (eBook).
Secretaria del Convenio de Estocolmo. (2010). Eliminando los COPs del Mundo: Guía del Convenio de Estocolmo sobre COPs. PNUMA.
Wilhelmy, M. (1988). Politica Internacional: Enfoques y Realidades. Grupo Editor Latinoamericano .
Entradas recientes
Ver todo1. Año de elecciones en América Latina El calendario del 2019 tiene marcado seis elecciones presidenciales para América Latina, sin...
Comments