top of page

¿Qué esperar del 2019 en América Latina? Una guía práctica de los procesos más relevantes. Vol. 2

1. Año de elecciones en América Latina

El calendario del 2019 tiene marcado seis elecciones presidenciales para América Latina, sin embargo, se juegan cosas muy diferentes cada una y pasaremos a examinarlas. En Centroamérica habrá elecciones en El Salvador (febrero), Panamá (mayo) y Guatemala (junio). En el sur las tendremos en Argentina, Uruguay y Bolivia (todas en octubre).



1.1. Centroamérica: El Salvador, Panamá y Guatemala.

El domingo 3 de febrero se enfrentarán en El Salvador, el oficialismo controlado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que defiende la posibilidad de mantenerse por tercer período consecutivo al mando del país, o de cederlo a alguna de las fuerzas de oposición que parecen estar mejor aspectados.


La ley en El Salvador exige que los candidatos a presidente y vicepresidente provengan de elecciones internas de los partidos (primarias) y, a diferencia de las elecciones parlamentarias, no está permitida la inscripción de candidatos sin partido político. De este modo, se definieron 4 contendientes; 1) el oficialismo del FMLN, quien propuso a Hugo Martínez; 2) la coalición de derecha ARENA-PCN y PDC, llamada “Alianza por un Nuevo País”, va con Carlos Calleja; 3) VAMOS, partico de centro, con José Alvarado; 4) y GANA con una centroderecha renovada, apuesta por Nayb Bukele. Aunque debemos tener presente que en este país se vota por el partido, y no por un nombre propio.


El FMLN tiene el compromiso y el reto de ganar su tercer gobierno aportando a la continuidad de los programas sociales y de profundizar los cambios con más y mejores inversiones. Sin embargo, este sector tras varios años en el poder, se ha visto desgastado por numerosos escándalos de corrupción. Según las encuestas el FMLN estaría tercero en las preferencias lo que le impediría pasar a segunda vuelta[1].


La Alianza por un Nuevo País (ARENA-PCN y PDC) aparece con la segunda preferencia en esas mismas encuestas, pero su candidato Carlos Calleja es un empresario sin ninguna experiencia política previa, además de un pasado de corrupción confeso y un partido que tampoco aporta en renovación política.


VAMOS es un partido recientemente fundado que se autodefine de centro, y su candidato José Alvarado, que enfrenta una demanda de inconstitucionalidad por ser un dirigente religioso postulado a la presidencia de la república, no ha logrado posicionarse con opciones serias y se espera un cuarto lugar casi seguro.


Finalmente, la coalición de centroderecha GANA-NI aportó por el exalcalde de San Salvador, Nayib Bukele, quien con 37 años podría convertirse en el presidente más joven de la historia reciente del país, si los resultados son como indican las encuestas. Bukele resulta difícil de ubicar en el espectro político, ya que, fue expulsado del en el 2017 y ahora ha ganado espacio en la centroderecha. Su ventaja es que se presenta como el candidato del cambio y de la lucha contra la corrupción que enlodan al oficialismo y al partido ARENA.


En todo caso, su victoria no está asegurada pues Carlos Callejas y el oficialista Hugo Martínez, si bien, no aparecen primeros en las encuestas, en ninguna están demasiado lejos, y con una segunda vuelta casi segura los tres tienen opciones.


El desafío de quien gane es grande. El Salvador es el país más violento de Centroamérica y el lugar de origen de muchos de los migrantes que se encuentran en la frontera de México y Estados Unidos.


Por su parte Panamá tendrá elecciones el domingo 5 de mayo para escoger presidente, vicepresidente, diputados para la Asamblea Nacional y Parlamento Centroamericano (Parlacen), además de alcaldes y otros representantes locales.


Nuevamente el tema central será la corrupción. Sin ir más lejos, el expresidente Ricardo Martinelli, vinculado a numerosos escándalos de corrupción que siempre ha negado, es probable que participe en las elecciones como candidato a vicepresidente. Actualmente enfrenta un juicio por escuchas ilegales desde la cárcel.


A la presidencia se enfrentarían el oficialista José Isabel Blandón, apoyado por el Partido Popular de tendencias de centroderecha y cristiana. De ganar este candidato sucedería algo poco usual en ese país acostumbrado a la rotación en el poder.


El partido opositor, Cambio Democrático, apuesta por Rómulo Roux, quien haría dupla con el expresidente Ricardo Martinelli como vicepresidente. Roux ha empezado año como segundo en las encuestas.


Pero quien tiene las mejores proyecciones electorales es Laurentino Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), de tendencias socialistas, latinoamericanistas y socialdemócratas. También busca una alianza con el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena), para amentar su espectro electoral hacia el centro.

En Guatemala hay menos certezas de quienes competirán en las elecciones que tendrán lugar el domingo 16 de junio, pero por ahora destacan nombres como: 1) la ex primera dama Sandra Torres, por el partido socialdemócrata Unión Nacional de la Esperanza (UNE); 2) el tres veces candidato presidencial Alejandro Giammattei, ahora por el recién fundado partido Vamos; 3) y en la derecha tradicional se sondea el nombre de Zury Ríos, hija del ex presidente de facto juzgado por genocidio, Efraín Ríos Montt.


Los temas que seguramente en el centro del debate son los asuntos económicos como la inversión y el empleo, pero la corrupción nuevamente será lo más relevante. En este momento existe un grave conflicto entre el gobierno del presidente Jimmy Morales y la Comisión Internacional contra la Impunidad.


En algún momento Jimmy Morales fue favorecido por las investigaciones impulsadas por la comisión, porque era la nueva alternativa a un sistema político viciado por la corrupción, pero con el tiempo su imagen se ha transformado en la de un político más, que cayó en las mismas malas prácticas.


La prensa local señala como posible candidata a la ex fiscal general Thelma Aldana, quien ganó el 2017 el llamado Premio Nobel Alternativo, “Right Livelihood Award”. Aunque ella no ha oficializado su postulación, cuenta con la ventaja electoral de estar limpia de conflictos relacionados con la corrupción. Sin embargo, es muy apresurado vaticinar favoritos.


Tanto en El Salvador, como en Panamá y Guatemala se observan temas similares. Los problemas más urgentes de Centroamérica en general son la corrupción de su sistema político, la violencia social, el crimen organizado, y los migrantes que han salido de sus países hacia Estados Unidos. En estas tres elecciones habrá tres oportunidades de presentar alternativas que enfrenten estos desafíos comunes de la región.


1.2. Sudamérica: Argentina, Uruguay y Bolivia.

En Argentina las elecciones serán el 27 de octubre, donde podrían enfrentarse nuevamente Mauricio Macri y Cristina Fernández, aunque ambos están muy desprestigiados. Los descalabros económicos del 2018 son peores para Macri y representan una oportunidad para Cristina Fernández o el candidato que decida el peronismo.


Recordemos que el año 2018 terminó en recesión, con aumento de la pobreza y con la inflación a casi 50%. Se instaló la inestabilidad cambiaria y, según estudios de América Retail, el tipo de cambio acumuló una suba superior al 120% al terminar el año[2]. El Gobierno tuvo que negociar dos veces una ayuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el organismo financiero impuso, con consentimiento del gobierno de Macri, un plan restrictivo que terminó ahogando a la población en todos los sentidos posibles.


El mismo estudio de América Retail señala que hubo una depreciación del salario de casi un 7% a lo largo de los 12 meses del año. También dice que el estancamiento no se detendrá, aunque seguramente habrá sectores que estarán mejor que otros.


Las expectativas para el 2019 son levemente mejores, pero insuficientes. Por ejemplo, los análisis de otros sitios especializados estiman que, tras el peor momento de la actividad económica en los últimos meses del 2018, las variaciones trimestrales consecutivas del del PBI empezarían a recuperarse, pero muy lentamente este año. A modo de gráfico, la recuperación no adoptaría una forma de “V” sino que sería más parecida a una “U”, que en el mejor de los casos permitiría llegar a las elecciones con una actividad creciendo a un ritmo débil[3].


Sin ser una ciencia exacta, la economía aporta indicadores donde se puede pronosticar factores que serán decisivos en la elección de octubre, sobre todo para Mauricio Macri. De momento el rescate financiero por US$57.000 millones del FMI ayudó a contener el colapso de la moneda argentina y dejar con mejores opciones el 2019. Logró tranquilizar las aguas lo que puede reflejarse en le hecho de que terminó el año sin grandes conflictos sindicales y gremiales, a diferencia de los que tuvo a inicios y mediados del 2018. De mantenerse este escenario, Macri debería llegar con ventaja a las elecciones.


Ni Cristina Fernández ni la oposición en general han sido capaces de canalizar la crisis a su favor. El peronismo está dividido, desprestigiado por escándalos de corrupción y carece de rostros nuevos. Por eso es que dependen de si Cristina Fernández (investigada en cinco causas de corrupción), será la candidata, lo que es muy probable. Ella sigue siendo la figura más popular de la oposición, aunque también una de las figuras que más rechazo genera en el país.


De todos modos, ni siquiera la figura de Cristina por sí sola alcanzaría para derrotar al oficialismo, por lo que el peronismo necesita conseguir unidad, y todavía tiene tiempo para eso.


El mismo día 27 de octubre se desarrollarán las votaciones en Uruguay, todavía sin candidatos definidos y con temas diferentes, menos dramáticos que en los demás países. Los candidatos se definirán en elecciones internas que tendrán lugar el 30 de junio.


El principal problema del Frente Amplio (FA) es la renovación de dirigentes. La coalición que gobierna Uruguay desde 2005 se enfrenta a las elecciones más inciertas, debido a que no ha encontrado sucesores para José Mujica (83 años) y Tabaré Vásquez (78 años), quienes ya anunciaron su retiro de la política.


El FA requiere necesariamente un recambio generacional que incertidumbre, ya que no existen formas de garantizar el rendimiento electoral de los políticos nuevos. No siempre la popularidad de políticos consagrados se transfiere matemáticamente a sus sucesores.


Hasta ahora se habla del exministro e intendente de Montevideo, Daniel Martínez (socialdemócrata), la exministra de Industria Carolina Cosse (afín al MPP de Mujica), el comunista Óscar Andrade y el exministro de Economía Mario Bergara (con perfil técnico y socialdemócrata).


Lo que el FA si tiene es una hoja de ruta con la cual podría ir dando forma a un programa político. Critican la carga fiscal que angustia los sectores medios, para eso buscan disminuir los impuestos. Se oponen al aumento del costo de la vida, al estancamiento de la reforma en educación y a la ausencia proyectos modernizadores. Esto es lo que han llamado "una segunda generación de cambios", que incluye terminar con la dependencia de las materias primas y poner a Uruguay al ritmo de la revolución mundial de la inteligencia artificial[4].


También pretenden dar continuidad a todo lo conseguido por sus predecesores, es decir, disminución de la pobreza, casi erradicación de la indigencia, estabilidad económica y crecimiento ininterrumpido durante los últimos 12 años.


En realidad, el Frente Amplio le ha entregado a Uruguay valiosos progresos sociales y económicos, pero cada elección disminuye su votación y esta vez podría perder su mayoría absoluta. Por ahora los sondeos muestran un claro retroceso del FA, pero, sobre todo, un alto número de indecisos.


La oposición tiene poco que criticar de las gestiones de los gobiernos anteriores, aunque pueden aprovechar el desgaste natural del FA después de tantos años en el poder. También debe poner más temas en la agenda. Por ejemplo, el 2018 registró nuevamente salidas de uruguayos al exterior. Este fantasma que parecía haberse detenido en los últimos años, volvió para revivir los problemas demográficos del país, sobre todo porque los emigrantes son fundamentalmente jóvenes en busca de oportunidades laborales y excelencia académica.


Esto es contradictorio porque al mismo tiempo Uruguay se transforma en un país de renta media que este año volvió a batir récords de llegada de inmigración extranjera. No obstante, eso no es suficiente para compensar el problema demográfico.


La elección de Uruguay es, sin duda, la que tiene el debate más rico en cuanto a desarrollo y desafíos del siglo XXI. Asimismo, es poco probable que el país se transforme radicalmente si gana la oposición, o que retrocedan de forma significativa sus conquistas sociales, pues, Uruguay ha demostrado tener una democracia bastante madura comparada con el resto de la región. Precisamente eso es lo que permite este nivel de debate, más centrado en la planificación del desarrollo nacional y no tanto en la probidad de los candidatos.


En Bolivia la situación es diferente a todas las anteriores. En primer lugar, todavía no hay fecha definida para llevar a cabo las votaciones, pero deberían ser en octubre.


Estas elecciones han de ser las más difíciles para Evo Morales desde su victoria en 2005. Esta vez busca su cuarto mandato consecutivo, lo que implicaría gobernar Bolivia hasta 2025, sumando 19 años ininterrumpidos. Pero en este momento se encuentra en medio de graves cuestionamientos al mecanismo jurídico con el que logró ser habilitado nuevamente como candidato.


La Constitución boliviana solo permite a los ciudadanos gobernar por dos periodos seguidos. Además, el propio Evo Morales perdió un referendo en 2016 que preguntaba expresamente por la posibilidad una nueva candidatura, sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) avaló su postulación sin dar mayores fundamentos. Sí lo hizo el Tribunal Constitucional, quien ya había dictaminado que impedirle a Evo su postulación para un nuevo mandato viola sus derechos humanos, pese a que es la propia Constitución impulsada y aprobada por el Movimiento al Socialismo (MAS) en 2009, la que prohíbe su nueva candidatura.


Recordemos que Evo Morales condujo a su país en una gran transformación con numerosos éxitos. Puso a Bolivia en la senda del progreso como el país de mayor crecimiento del PBI en América del Sur durante los últimos cinco años, llevó la tasa de desempleo al nivel más bajo de la región y logró reducir la pobreza del 63% al 36%. Pero por contraparte, ha convertido el sistema político boliviano absolutamente dependiente de su figura.


El presidente del Colegio de Politólogos de La Paz, Ludwig Villaverde, comenta al medio “La Nación” de Argentina, que este fallo del TSE "muestra una debilidad alarmante de la institución democrática boliviana. La reelección fue rechazada en el referéndum por una diferencia de 180 mil votos. El pueblo ya se expresó. Y hasta en la organización comunal andina hay rotación de cargos". Además, hay una "centralización del poder" en torno de Evo, que se evidencia en la ausencia de un sucesor. Los posibles herederos, desde el ex canciller David Choquehuanca hasta el vice García Linera, son relegados a un segundo plano. "El poder se concentra en Morales. Todo asunto por más minúsculo que sea, incluso los problemas de los municipios, no se resuelve si no es con la bendición de él", explicó Villaverde[5].


Estos hechos merman la imagen del presidente y se pueden tensionar en el ámbito social y político durante el 2019. A su favor, podemos decir que los problemas económicos no se han palpado tanto en la población, pues, el gobierno mantuvo su nivel de gasto público consumiendo sus reservas internacionales, que cayeron de 15.000 millones de dólares a 8.400 millones, y mediante una suba de la deuda de 4000 millones de dólares a 10.000 millones. Esto explica que no se sienta una desaceleración de la economía pese a la caída internacional de los precios de minerales, hidrocarburos y precios agrícolas. Pero esta fórmula tiene un límite, aunque tal vez le alcance para cuando llegue el día de las elecciones.


Bolivia ha cambiado mucho en los últimos años. Los ciudadanos que han salido a las calles no son un pueblo pobre exigiendo bienes básicos de alimentación, sino que corresponden a una clase media emergente, la misma que el MAS y Evo Morales ayudó a surgir, la que hoy pide hacer valer la voluntad popular expresada en el referéndum donde "Bolivia ya dijo no" a la candidatura de Evo Morales.


Es muy difícil suponer que Evo el 60% que acostumbraba en las elecciones anteriores, pero aun así es probable que le alcance frente su opositor, el expresidente Carlos Mesa, quien todavía no convence los suficiente a los bolivianos de ser una alternativa mejor para Bolivia.


De aquí a octubre, veneremos como se van decantando los diferentes desafíos de los países sudamericanos en elecciones presidenciales. En Argentina dependerá de la situación económica más que de cualquier otra cosa. Con figuras desprestigiadas Mauricio Macri y Cristina Fernández (posibles candidatos hasta ahora) la ciudadanía estará obligada a ser pragmática y votar lo que entregue más seguridad. Si bien los pronósticos para el 2019 no son buenos, son menos malos que los del 2018. De notarse leves mejorías en algunos sectores productivos, la reelección de Mauricio Macri es más probable que un retorno del peronismo.


En Uruguay la continuidad del Frente Amplio en el poder depende de su capacidad de renovar a sus líderes políticos, así como también la instalación de nuevos temas necesarios para Uruguay, los de la “segunda generación de cambios”. Es de esperar que se enfrenten propuestas distintas acerca del desarrollo del país, y cómo enfrentar los desafíos del siglo XXI. La oposición tendrá oportunidad de aprovechar este vacío de liderazgo si se presenta con una propuesta constructiva, es decir, un programa que reconozca los progresos innegables de los gobiernos anteriores, pero poniendo acento en temas como el aumento de oportunidades para los jóvenes y cómo adelantarse a los problemas derivados del envejecimiento de la población.


La elección en Bolivia estará más centrada en la figura de Evo Morales y el “evocentrismo” que adolece su sistema político. La popularidad del actual presidente está en franca decadencia y los cuestionamientos hacia su gobierno trascienden también a la seriedad “institucionalidad” completa. Evo Morales todavía puede echar mano a sus reservas internacionales para no sentir efectos económicos adversos de aquí a la elección, pero eso no garantiza que su popularidad no siga decayendo. La oposición debe proponer algo más que sólo cuestionar la institucionalidad boliviana, ya que por sí sólo eso no es suficiente. La clave está en esta nueva clase media emergente, que, por un lado, y pese a todo, valora los gobiernos anteriores de Evo Morales, y si no encuentra alternativas atractivas, lo votará nuevamente. Pero, por otro lado, esa misma clase media reclama nuevos intereses que Morales no garantiza, y que podrían encontrar en la oposición si esta es inteligente.

*Felipe Garrido Muñoz. Magíster en Relaciones Internacionales. Especialista en Política Exterior, Problemas Globales del siglo XXI y Ciudadanía. Diseño y logística de campañas electorales universitarias, así como ejercicio de cargos de representación. Jefe de Análisis Internacional en Olympo Consultores Internacionales; olympoconsultores@gmail.com / felipegarridom91@gmail.com

[1] De Jesús, N. (21 de septiembre del 2018). El Salvador: Elecciones 2019, retos y desafíos para la democracia representativa. Diario Co Latino. Recuperado de: https://www.diariocolatino.com/el-salvador-elecciones-2019-retos-y-desafios-para-la-democracia-representativa/

[2] Argentina: Qué se espera para el 2019 (21 de diciembre del 2018). América Retail. Recuperado de: https://www.america-retail.com/argentina/argentina-que-se-espera-para-el-2019/

[3] Secco, L. (17 de diciembre del 2018). ¿Qué podemos esperar en 2019? Ámbito.com. Recuperado de: https://www.ambito.com/que-podemos-esperar-2019-n5005670

[4] Martinez. M. (26 de diciembre del 2018) El Frente Amplio uruguayo busca heredero para José Mujica y Tabaré Vázquez. El País. Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2018/12/24/america/1545671475_189107.html

[5] Guillemí, R. (1º de diciembre del 2018). Evo busca eternizarse en el poder, pero le espera un camino lleno de trabas. La Nación. Recuperado de: https://www.lanacion.com.ar/2200914-evo-busca-eternizarse-en-el-poder-pero-le-espera-un-camino-lleno-de-trabas

Cada autor es responsable por la información y las fuentes utilizadas, este sitio es un compendio de análisis y trabajos realizados por conocedores del área, su fin es meramente informativo.

Andres.JPG

Consultores Internacionales Olympo SpA

Av. José Manuel Balmaceda 833

Edificio Brisas Marinas, Reñaca.

 

Teléfono:

+56 9 57755076 / +56 9 46482095

 

Correo electrónico:

olympoconsultores@gmail.com

Visítenos en:

www.consultoresolympo.com

 ¿Te gusta lo que lees? Dona ahora y ayúdame a seguir elaborando noticias y análisis. 

PayPal ButtonPayPal Button

© 2019 por Olympo SpA. 

bottom of page