Regionalismos como respuesta a los cambios en el sistema internacional: Asean y Alianza del Pacífico
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La coyuntura internacional nos invita a re-pensar el sistema internacional, resulta evidente que este se encuentra
en un proceso de cambio y reestructuración, algo propio de la dinámica del sistema, del surgimiento de nuevos actores y de la re-configuración de los intereses nacionales. La llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense y el ascenso de Xi Jimping en la conducción china, han introducido importantes modificaciones en el comportamiento de los actores, de cierta forma los personajes políticos han sincerado los intereses reales de sus estados.
Por su parte, Estados Unidos ha adoptado una posición mercantilista y proteccionista en su vinculación con China, ya que considera que las relaciones se vienen desarrollando de forma desleal, debido a que los estadounidenses no reciben las mismas compensaciones y beneficios que este ha otorgado durante muchos años como el mayor exponente de la globalización y por ende de la liberalización de los mercados. Según la postura de Donald Trump, China ha sido el principal beneficiario de la globalización, razón por la cual es necesario cambiar el modo de vinculación con China.
Mientras que Xi Jimping ha emergido como el conductor del renovado liderazgo chino, consolidado a China como actor global. Elizabeth Economy (2018) en su libro “The Third Revolution” realiza una interesante reflexión sobre los desafíos que impone China a los Estados Unidos y a toda la comunidad internacional; el mayor desafío y a la vez el aspecto menos comprendido de China radica en la intersección de su dualidad. Se trata de un estado antiliberal buscando liderazgo en un orden mundial liberal.
Con frecuencia China aprovecha las ventajas de apertura política y económica de otros países, mientras que no proporciona las mismas oportunidades de participación/involucramiento dentro de su propio país. Las empresas estatales chinas han invertido en minas, puertos, plantas de petróleo, y en empresas de generación eléctrica alrededor del mundo, teniendo proyecciones continuar con esta dinámica; pero por el contrario prohíbe que multinacionales de otros países hagan lo mismo en China. Por tales motivos resulta fundamental que la comunidad internacional logre comprender el nuevo modelo chino en el contexto de un mundo globalizado, sus estrategias de influencia, pero por sobre todas las cosas sus contradicciones, con el objetivo de proteger sus propios intereses y hacer frente a los desafíos que impone China, tanto de progreso económico, como de dependencia.
Por su parte, Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, máximo exponente de la globalización, nos habla de una Globalización 4.0 que se encuentra moldeando una nueva arquitectura en la era de la Cuarta Revolución Industrial, “listos o no la globalización 4.0 está sobre nosotros”. Después de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional se unió para construir un futuro compartido. Ahora, debe hacerlo de nuevo.
Debido a la lenta y desigual recuperación en la década transcurrida desde la crisis financiera mundial, una parte sustancial de la sociedad se ha visto afectada y amargada, no solo con la política y los políticos, sino también con la globalización y todo el sistema económico que sustenta. En una era de inseguridad y frustración generalizadas, el populismo se ha vuelto cada vez más atractivo como alternativa al status quo. Esta nueva etapa requiere del compromiso de todas las partes interesadas en adaptarse al nuevo proceso de globalización, y requiere por sobre todas las cosas “imaginación” para pensar de manera sistémica, y más allá de las propias consideraciones institucionales y nacionales a corto plazo. Se necesitan nuevas normas, estándares, políticas y convenciones globales para salvaguardar la confianza del público.
De acuerdo a Turzi (2013), geopolíticamente, el centro de gravedad de los asuntos globales se traslada de Occidente a Oriente. Además, el poder atraviesa una doble tendencia hacia la distribución (entre estados) y hacia la difusión (fuera de los estados, hacia organismos supranacionales y redes transnacionales). La estructura y dinámica de las relaciones internacionales se están transformando, cuestionando la naturaleza misma del poder; incorporando un componente “blando” no coercitivo. Los poderes ascienden y descienden y con ello se transforman los patrones de cooperación y conflicto. Esta dinámica de redistribución está transformando la economía política global, regional y nacional.
De esta forma, la incertidumbre imperante en el del sistema internacional debido al comportamiento de los principales actores, podría dar paso a una realidad más fragmentada, donde los “regionalismos”, adquieren mayor protagonismo.
El Sudeste Asiático en el comercio y la economía global
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático- ASEAN, se constituye como uno de los principales actores del concierto asiático. Conformada por 10 países miembros: Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas. Esta nació por motivos de seguridad regional, se constituyó en el año 1967 en el marco de la Guerra Fría como un acuerdo político y de seguridad. Los tratados aprobados en las primeras tres décadas fueron de defensa y no incorporaban ninguna meta económica. Los miembros estaban sometidos a importantes riesgos internos y externos, por las inestabilidades de algunos países del sudeste asiático, algunas diferencias entre Estados vecinos y por la intervención extranjera. En ese contexto era inevitable abocarse casi exclusivamente a alcanzar la estabilidad regional, lo que por cierto se logró y confirma la importancia de los procesos de integración en la paz y estabilidad de las regiones.
Pero luego comenzó un interesante proceso de evolución en la integración a partir de sus grandes diferencias (cuestiones de fronteras- culturas- etnias). ASEAN se sostiene sobre tres pilares fundamentales: económico, cultural y político. Asimismo predomina la “filosofía del mínimo común denominador”, es decir la toma de decisiones se realiza por consenso.
El capitalismo del Este de Asia se presenta a través de una variante “confuciana”: armonía, deferencia a la autoridad, educación, ahorro (disposición a postergar el consumo) se enfatiza en la colaboración para obtener resultados sólidos. Mientras que las relaciones entre el gobierno, las empresas y trabajadores estatales son de larga duración.
Al menos tres características explican la modalidad de negociación de la ASEAN, flexibilidad, equilibrio e innovación (Bartesaghi, 2016). El modelo de negociación seguido por la ASEAN ha permitido que todos los socios sean parte de los nuevos objetivos planteados por el proceso de integración, evitando de esa forma quiebres e incumplimientos. Para el bloque lo importante ha sido dar inicio al proceso de cumplimiento, innovando y aceptando flexibilidades con la certeza de que con el tiempo se irán implementando las metas originales propuestas. Esta dinámica permite alcanzar una cohesión regional, donde todos los países miembros se sienten parte de los avances alcanzados. Este equilibrio se alcanzó a través de la definición de los pilares antes mencionados: político, cultural y económico, tres enfoques necesarios para alcanzar una integración profunda, que tiene como punto de referencia el lema integracionista; “one vision, one identity, one community”.
Chang Yong Rhee (2018) considera que el sudeste asiático ha logrado avances extraordinarios en las últimas décadas. El crecimiento del ingreso per cápita es uno de los más rápidos del mundo, y el año pasado la región fue el cuarto contribuyente más grande al crecimiento mundial, después de China, India y Estados Unidos. Los niveles de vida han mejorado drásticamente. Las tasas de pobreza han bajado muchísimo. ¿A qué se debe este éxito impresionante? La apertura al comercio exterior y la inversión son gran parte de la respuesta. Malasia y Tailandia hoy son potencias manufactureras mundiales establecidas, productoras de automotores, productos electrónicos de consumo y chips para computadoras. Indonesia y Filipinas se encuentran en el grupo de grandes mercados emergentes de más rápido crecimiento del mundo que están alimentados por la demanda interna. Singapur es un importante centro financiero y comercial. Economías preemergentes como Camboya, la República Democrática Popular Lao, Myanmar y Vietnam están dejando atrás décadas de planificación central tras ingresar a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) e integrarse en las cadenas de suministro regionales, particularmente en China.
En este sentido, Chang Yong Rhee (2018) considera que “con las políticas adecuadas, el sudeste asiático puede valerse de la creatividad, la resiliencia y el dinamismo de su gente para enfrentar estos desafíos”. La región logró sobrellevar la crisis financiera mundial, pero sus economías deben fortalecerse aún más para enfrentar los retos a corto plazo, como el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y en otras economías avanzadas, las crecientes tensiones comerciales y la dependencia de la economía china.
Impactos del Sudeste Asiático en América Latina, y dentro de la Alianza del Pacífico
Los países del sudeste asiático muestran avances solidos porque aplican instrumentos concretos e implementan políticas que fomentan una mayor integración entre los miembros de la región, sin retórica integracionista, sino con pragmatismo y originalidad para superar las dificultades que todo proceso de estas características conlleva. Además, han logrado mantener políticas exitosas a pesar de ser una de las regiones más diversas del planeta.
Los resultados mostrados por el principal proceso de integración de Asia Pacífico podrían servir de ejemplo para otros esquemas regionales de América Latina en momentos donde los cambios en el contexto internacional son inevitables.
El debate en América Latina suele estar centrado en el éxito o el fracaso de los procesos de integración en cuanto al cumplimiento de sus objetivos originarios. Sin embargo, en Asia Pacífico se pone el énfasis en el papel que cumplen los instrumentos de política comercial (ya que los acuerdos o procesos de integración no son un fin en sí mismo) en la mejora del entorno de negocios (Bartesaghi, 2016).
La economía política nacional de cada uno de los países de la región de Latinoamérica y el resto del mundo están siendo transformada intensamente por el impacto de la asociación con el Asia Pacífico. En este sentido Turzi (2013) sostiene que los sectores públicos latinoamericanos están dando respuestas diferentes en el diseño e implementación de esquemas de gobernanza que puedan ser ejes de institucionalización de los procesos de integración. Desde los sectores privados, las cadenas de valor globales se integran con eje articulador en la región asiática, planteando el interrogante sobre si el futuro de la prosperidad latinoamericana pasará principalmente por la integración en las cadenas asiáticas, por la conformación de cadenas birregionales o transcontinentales entre Asia y América Latina, si la región optará por alternativas más tradicionales vinculadas a sus socios Atlánticos o –inclusive- si se replegará sobre sí misma.
En el contexto latinoamericano, la Alianza del Pacífico, podría ser el mecanismo de integracion regional que mejor logre captar las enseñanzas del Asean, siempre teniendo en cuenta que se trata de regiones culturales y geográficas diferenciadas. Hasta el momento la Alianza para el Pacifico ha demostrado compartir una de las principales características de los asiáticos, el “pragmatismo” en las negociaciones internacionales. Trabajan mediante la coordinación directa entre los ministerios y agencias de los cuatro países que la integran (México, Colombia, Perú y Chile). Por lo que no existe un secretariado permanente, sino una Presidencia Pro Témpore, la cual va rotando anualmente entre los miembros. Los países comparten una mirada similar en la manera de observar la economía mundial.
El dialogo entre la ASEAN y la Alianza para el Pacifico comenzó en 2014 y desde entonces se han realizado diversas reuniones ministeriales entre los gobiernos de ambos grupos. Con ASEAN se ha acordado un marco de cooperación con cuatro áreas prioritarias: cooperación económica; educación y contactos personales; innovación, ciencia y tecnología; y desarrollo sostenible. Además se pactó fortalecer la cooperación entre ambos grupos hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
El enfoque presentado por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) podría ser tomado como ejemplo para superar las dificultades que atraviesan algunos de los procesos de integración de la región, especialmente por la modalidad en que la ASEAN ha dado cumplimiento a sus objetivos en términos de flexibilidad, equilibrio e innovación.
La coyuntura internacional de incertidumbre política y económica puede representar una oportunidad para los países del sudeste asiático y también para los países del Alianza para el Pacifico, al ser los que más se aproximan a sus postulados.
El mayor activismo demostrado por China en el concierto internacional muestra una recuperación de la centralidad china en el siglo XXI, asimismo el gigante asiático ha desempeñado un papel ambivalente en la región latinoamericana y se observan importantes contradicciones en la vinculación que China ha establecido con América Latina, por ejemplo China se auto clasifica como “país en vías de desarrollo” con el fin de establecer mayor empatía y afinidad con los países de la región, pero esta estrategia no es coincidente con su política expansión económica y de poder global, y difiere del modo en que se relaciona de igual a igual con los Estados Unidos y los países europeos.
El creciente protagonismo adquirido por los países del sudeste asiático, contribuye a fortalecer el multilateralismo y dar participación a los estados medios. Además se trata de un atractivo mercado económico que representa importantes oportunidades de complementariedad económica y diversificación de los mercados para ambas regiones. Debido a la creciente dependencia hacia China como comprador, inversionista y prestamista mundial, el ascenso del sudeste asiático puede ser una alternativa para los países latinoamericanos y en especial para que los miembros de la Alianza del Pacifico desarrollen estrategias de complementariedad y desarrollo mutuo con el fin de lograr sortear la dependencia exclusiva en un solo mercado.
Asimismo las relaciones con el Este Asiático introducen equilibrios en las relaciones transpacífico/atlánticas. El fortalecimiento de los regionalismos puede ser una herramienta útil para hacer frente a la incertidumbre que generan las rivalidades de los actores de mayor peso como Estados Unidos y China; así como también para contrarrestar la influencia negativa de las demás economías regionales como el caso de la inestabilidad económica de Brasil y Argentina. En la actualidad la Alianza del Pacifico se presenta como el mecanismo de integración mejor preparado y con mejores perspectivas para aprender de las experiencias de los países del sudeste asiático. Claramente esto podría constituirse en un ejemplo para el resto de Latinoamérica y especialmente para el Mercosur, quien necesita explorar nuevos tipos de alianzas con un mayor grado de pragmatismo.
*Verónica Florencia Campos Guardo
Magíster en Relaciones Internacionales por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, especialista en: Comités de integración y de frontera. Provincias argentinas y regiones chilenas. Política exterior argentina, Modelos de cooperación, Paradiplomacia, Regionalismos, Trabajos interparlamentarios.
Bibliografía
Elizabeth Economy (2018). The Third Revolution “Xi Jimping and the new chinese state. Oxford University Press.
Ignacio Bartesaghi (2016). La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y su entorno de negocios. Universidad Católica del Uruguay.
Mariano Turzi (2013). Las relaciones comerciales entre América Latina y Asia Pacifico, desafíos y oportunidades. Observatorio Asia Pacífico.
Chang Yong Rhee (2018). Hablando claro: Alcanzar la próxima etapa Para avanzar, el sudeste asiático necesita reformas decisivas. Revista Finanzas y Desarrollo.
https://www.channelnewsasia.com/news/commentary/ready-or-not-globalisation-4-is-upon-us-10904212